El movimiento político Más x México, que busca convertirse en un partido político y esta lidereado por Cecilia Loría Marín, enfrenta serios obstáculos que ponen en duda su viabilidad.
Su evento de lanzamiento, que se esperaba fuera un impulso clave para su consolidación, terminó siendo un fracaso. La baja convocatoria y la presencia de figuras políticamente poco conocidas, y productores como Norberto Núñez, han dificultado que el proyecto gane tracción entre el electorado.
A esto se suma el preocupante incumplimiento de pagos a proveedores, lo que resalta la falta de profesionalismo y organización del grupo.
El evento de presentación, que se esperaba fuera un fuerte impulso para la consolidación de Más x México, resultó ser un fracaso notable. La baja asistencia evidenció una evidente falta de interés o confianza en el movimiento. Las figuras que encabezaron el evento, carentes de reconocimiento en la política nacional, no lograron captar la atención ni el apoyo del público, complicando aún más la posibilidad de que el movimiento gane tracción entre el electorado.
Cecilia Rosalía Loria Marín, una política de Quintana Roo, lidera Más x México. Su historial político es controvertido, especialmente tras su polémica decisión de apoyar a Laura Fernández para el dirigente estatal de Morena, traicionando así a su propio partido. Este movimiento estratégico le costó la expulsión definitiva del Movimiento Auténtico Social (MAS) en junio de 2022, como lo anunció José Antonio Monroy Mañón, presidente estatal del MAS. Esta situación ha generado serias dudas sobre la legitimidad y transparencia del liderazgo de Más x México, ya que Loria Marín es percibida con desconfianza y controversia.
Uno de los problemas más alarmantes que enfrenta el movimiento es el incumplimiento de pagos a los proveedores que participaron en la organización del evento inaugural.
Según una fuente cercana a Grupo Sexenio, el movimiento no cumplió con sus obligaciones financieras, una práctica lamentablemente común en la política mexicana. Este tipo de acciones no solo ponen en duda la seriedad y profesionalismo del movimiento, sino que también dañan su imagen pública desde el principio.
El desafortunado comienzo de Más x México plantea dudas significativas sobre su capacidad para establecerse como una fuerza política significativa. La falta de estructura y organización, combinada con problemas de financiamiento y un liderazgo cuestionable, podría condenar al movimiento al fracaso antes de que tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente.
Además, la mala gestión del evento de lanzamiento y la incapacidad para atraer apoyo podrían alejar a posibles simpatizantes y colaboradores, haciendo aún más difícil la consolidación del movimiento.
