Papa Francisco fallece a los 88 años: Esto ocurre tras su muerte

Papa Francisco

El Vaticano confirmó este 21 de abril la muerte del Papa Francisco a los 88 años de edad, tras enfrentar una serie de complicaciones de salud, siendo la más grave una neumonía bilateral. Esta condición se sumó a otros padecimientos como dolores en la cadera y rodillas, infecciones respiratorias y recientes cirugías.

Fue elegido como Papa en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, convirtiéndose en el primer Papa latinoamericano. Su papado se caracterizó por una visión reformadora, enfocada en la justicia social, la inclusión y el cuidado del medio ambiente.

¿Qué sucede tras la muerte de el Papa Francisco?

Con el fallecimiento del Papa, se declara de forma inmediata la Sede Vacante, es decir, el Vaticano queda temporalmente sin un líder espiritual y administrativo.

El encargado de supervisar este periodo es el Camerlengo de la Santa Iglesia Romana, quien certifica oficialmente la muerte del Pontífice, organiza el funeral y protege los bienes del Vaticano. Durante esta fase, se asegura que ningún documento papal sea alterado o falsificado.

Como dicta la tradición, el cuerpo del Papa será expuesto en la Basílica de San Pedro, donde fieles de todo el mundo podrán rendirle homenaje durante varios días antes de su entierro.

La elección del nuevo Papa se realizará mediante el Cónclave, una reunión privada en la que participan todos los cardenales menores de 80 años. Este proceso tiene lugar en la Capilla Sixtina, dentro del Vaticano, bajo estrictas medidas de seguridad y aislamiento.

Papa Francisco

Su legado

Con la muerte del Papa Francisco, se cierra una etapa significativa en la historia contemporánea de la Iglesia Católica. El primer Papa latinoamericano, deja atrás un legado complejo pero trascendental, caracterizado por su enfoque en la inclusión, la humildad, el medio ambiente y la justicia social.

Durante más de una década, impulsó reformas internas, mantuvo posturas firmes frente a temas globales y buscó acercar la Iglesia a los sectores más marginados de la sociedad.

Aunque enfrentó críticas y desafíos, su liderazgo marcó una diferencia notable en el Vaticano tras la renuncia de Benedicto XVI.

Su fallecimiento da paso a un proceso de transición previsto por la tradición, pero también genera incertidumbre sobre el rumbo que tomará la Iglesia en los próximos años. Mientras tanto, millones de fieles en todo el mundo se preparan para despedir a una figura que, con sus gestos sencillos y mensajes firmes, dejó una huella indeleble en la historia reciente del catolicismo.

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