La Universidad de Harvard y la administración del presidente Donald Trump protagonizan un conflicto que ha generado repercusiones nacionales e internacionales. El gobierno federal impuso sanciones a la institución académica tras exigirle una serie de modificaciones que Harvard consideró una amenaza a su autonomía.
Exigencias federales que detonaron la confrontación
A partir de abril de 2025, el gobierno de Trump presentó requerimientos dirigidos a Harvard con el argumento de “garantizar la seguridad nacional y promover el pluralismo ideológico”. Las exigencias incluyeron auditorías internas para evaluar la diversidad de pensamiento entre estudiantes y profesores, la eliminación de programas enfocados en diversidad, equidad e inclusión (DEI), y la entrega de registros detallados sobre estudiantes extranjeros, incluyendo su participación en actividades públicas o protestas.
Harvard rechazó estas condiciones por considerarlas inconstitucionales, señalando que violan la libertad académica y los derechos civiles de su comunidad universitaria.
Como respuesta, la administración federal tomó una serie de medidas restrictivas contra Harvard. Entre ellas, congeló más de 2.200 millones de dólares en fondos destinados a investigación y programas académicos. Además, revocó la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP), impidiendo temporalmente la inscripción de estudiantes internacionales para el ciclo académico 2025-2026. El gobierno también amenazó con retirar el estatus de exención fiscal de la universidad.
Estas acciones impactaron directamente a más de 6.800 estudiantes internacionales, quienes enfrentaban la posibilidad de perder su estatus migratorio y ser obligados a abandonar sus estudios.
Harvard responde y el litigio federal
Frente a las sanciones, la Universidad de Harvard presentó una demanda federal argumentando que las medidas violaban la Primera Enmienda y el debido proceso legal. El presidente interino de la institución, Alan Garber, denunció públicamente que el gobierno utilizaba su poder para intentar controlar políticamente a la universidad.
El 23 de mayo, una jueza federal en Massachusetts concedió una orden de restricción temporal que bloqueó la prohibición de inscribir estudiantes extranjeros, lo que proporcionó un alivio provisional a la comunidad universitaria mientras el caso se resuelve en tribunales.
Harvard vs Trump: un conflicto con implicaciones más amplias
El enfrentamiento entre Harvard y el gobierno de Trump forma parte de una estrategia más amplia de la administración para intervenir en instituciones académicas consideradas progresistas. Universidades como Columbia y Princeton también han enfrentado medidas similares, incluyendo la congelación de fondos federales.
A nivel internacional, estas acciones han generado críticas por parte de gobiernos y organizaciones académicas. Voces en defensa de la libertad universitaria advierten sobre el impacto que estas políticas podrían tener en la reputación global del sistema educativo estadounidense.
Mientras tanto, Harvard ha reiterado su compromiso con la defensa de la libertad académica y la protección de sus estudiantes, nacionales e internacionales.
