Con una visión de justicia social, el gobierno de la 4T en el Estado de México impulsa una transformación sin precedentes en el transporte público: mejora del servicio, expansión de rutas y dignificación de la vida cotidiana de millones de personas.
Por primera vez en muchos años, la movilidad en el Estado de México está dejando de ser una fuente de frustración y desigualdad, para convertirse en una palanca de bienestar.
Con el impulso del gobierno estatal, encabezado por una administración alineada con los principios de la Cuarta Transformación, el sistema Mexibús vive una etapa de renovación profunda que apunta a resolver una deuda histórica: garantizar el derecho a moverse de forma segura, eficiente y digna.
El transporte como barrera (y ahora como oportunidad)
Durante décadas, millones de mexiquenses vivieron una injusticia cotidiana: trayectos eternos, unidades en mal estado, costos abusivos, falta de conexión entre rutas, y una sensación permanente de abandono institucional. En lugares como Ecatepec, moverse era una batalla diaria que robaba tiempo, energía y oportunidades.
“La gente no se da cuenta de lo que significa llegar dos horas tarde al trabajo todos los días. Te despiden, no te alcanza para pagar otra combi, dejas de ver a tus hijos. El transporte era nuestro peor enemigo”, relata Sandra Molina, madre trabajadora de Jardines de Morelos.
Hoy, con una política pública decidida y una inversión creciente en movilidad integrada, esa realidad comienza a cambiar.
Mexibús: símbolo de un nuevo Estado
El sistema Mexibús ha sido intervenido en varias dimensiones:
- Mejor infraestructura: estaciones rehabilitadas, accesos seguros, señalización clara y mejoras en paraderos.
- Más unidades y mejores frecuencias: lo que reduce el tiempo de espera y mejora la experiencia diaria de los usuarios.
- Tarjeta Movimex: un sistema de pago unificado que facilita la movilidad y avanza hacia la integración con la CDMX.
- Mayor seguridad: cámaras, botones de auxilio y zonas exclusivas para mujeres, una demanda histórica.
Pero quizás el cambio más importante es de enfoque. “No estamos viendo el transporte como un negocio para concesionarios, sino como un derecho habilitador: si no puedes moverte, no puedes ejercer tus demás derechos”, afirma el Secretario de Movilidad, quien ha encabezado esta transformación como parte del proyecto de la 4T en el Estado.
Justicia territorial en acción
Además de mejorar el sistema existente, el gobierno del Estado de México ha anunciado y ya está implementando la expansión de rutas, con especial énfasis en municipios históricamente marginados. Nuevas líneas de Mexibús ya están en desarrollo o proyección en Tultitlán, Coacalco, Zumpango y partes altas de Ecatepec, con el objetivo de acercar el servicio a comunidades que han vivido décadas de exclusión.
Cada nueva estación, cada kilómetro de ruta extendida, representa más que una obra de infraestructura: representa una oportunidad recuperada para niñas que llegan a la escuela sin miedo, adultos mayores que pueden acudir a una cita médica, o madres solteras que ahora llegan a tiempo a sus dos trabajos.
Inversión histórica, visión de futuro
Con más de 2,500 millones de pesos invertidos entre 2023 y 2024, el programa de movilidad impulsado por la Secretaría y respaldado por el Ejecutivo estatal es uno de los más ambiciosos en años. No sólo atiende las urgencias, sino que traza un nuevo modelo de ciudad y de Estado: uno donde el transporte público no es un último recurso, sino la mejor opción.
“El Mexibús ya no es sólo un camión rojo que pasa por la López Portillo. Es un símbolo de que el Estado puede estar presente, puede servir, puede dignificar. Eso es la Cuarta Transformación en acción”
La transformación de la movilidad en el Estado de México no es menor. Se trata de una apuesta estructural por cambiar la manera en que las personas viven, acceden a oportunidades y ejercen su ciudadanía. En un territorio tan grande y complejo como el mexiquense, la justicia social empieza, literalmente, por moverse mejor.
