Las refinerías de Estados Unidos, en particular las de la costa del Golfo, se han apoyado en México pues buscan reemplazar 700 mil barriles de petróleo y productos refinados rusos, especialmente combustóleo, necesarios para operar sus refinerías.
Tras la guerra entre Rusia y Ucrania, muchas refinerías de los Estados Unidos, han visto a México como un aliado, aumentando las importaciones de crudo mexicano, en momentos en el que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, busca reducir las exportaciones de petróleo.
Matthew Blair, analista de Tudor Pickering Holt, calificó las importaciones de crudo de México como “extremadamente sólidas, con niveles del año hasta la fecha un 20% más a nivel trimestral y un 23% en comparación anual”, a pesar de que la producción de crudo de México ha disminuido.
A medida que disminuyen los suministros de combustóleo ruso, los flujos de México han aumentado, alcanzando los 4.5 millones de barriles diarios o 145 mil 700 barriles en marzo, con volúmenes hasta el 12 de abril, con un promedio de 189 mil barriles por día.