En un descarado acto de desafío a las autoridades sanitarias, Gamaliel Román, el autoproclamado “Cirujano de las Estrellas”, ha demostrado su arrogancia al remover los sellos de clausura colocados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) en una de sus clínicas.
El espectáculo de impunidad se desplegó cuando, tras la intervención de la COFEPRIS, los sellos de clausura desaparecieron misteriosamente ¿Por qué las autoridades mexicanas aún no hacen nada contra Gamaliel Román? ¿Acaso está jugando con la salud y la vida de sus pacientes mientras se mofa de las autoridades?
Este charlatán, conocido por sus intervenciones en “celebridades” como Alfredo Adame, Lyn May y Niurka, desafía abiertamente tanto a la autoridad como a las propias clientes que confían en él. ¿Cuántas más deberán ser víctimas de su farsa?
Pero la sombra de la justicia se cierne sobre Gamaliel. La Fiscalía de la Ciudad de México ha iniciado una investigación por presuntas malas prácticas médicas. La COFEPRIS, en una impactante alerta, revela la verdad: ¡el “cirujano de las estrellas” no es ni siquiera cirujano, sino un mero médico general disfrazado de especialista en operaciones estéticas!
Este impostor se ha aprovechado de la confianza de sus pacientes, acumulando un historial de negligencia médica y engaños. Ahora, finalmente, se enfrenta a la justicia mexicana, que lo mira con ojos de escrutinio y ansía verlo responder por sus crímenes.
