La batalla en la selva peruana contra la mafia maderera

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  • 14 defensores ambientales asesinados desde el inicio de la pandemia
  • Funcionarios de diversas entidades estatales de Perú en sintonía con grandes empresarios madereros en un sistema parecido a una mafia

La selva del distrito de Las Piedras, en la zona suroeste de la cuenca amazónica, frontera del Perú con Brasil y Bolivia, son el hábitat de miles de especies entre ellas el águila arpía, el mono aullador y el jaguar, pero los leñadores están aquí por otros grandiosos tesoros de la selva, la “madera”.

Yury Cáceres, un experimentado guardabosques dice que:

“Ahora que no hay caoba ni cedro vienen por los shihuahuacos, los gigantes del bosque y los que más dinero dan”

El gran peligro para la selva peruana, es un hombre armado con una sierra mecánica ya que puede derribar un árbol de mil años en un par de horas.

Luego de trabajar como guardaparque oficial en el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), durante casi diez años, Yury Cáceres, se unió a una organización no gubernamental que tiene como objetivo crear un área de conservación ininterrumpida a lo largo de la cuenca del río Las Piedras.

Con el apoyo de distintas organizaciones internacionales, adquieren concesiones de tierras del Gobierno peruano o de los actuales titulares de los derechos, y las operan como áreas de conservación empleando a guardabosques locales para que vigilen y se aseguren de que no se produzca ninguna actividad ilegal en la selva.

“Me cansé de las irregularidades que veía en el sistema del Estado. Cuando venían la Marina de Guerra y la fiscalía, los ilegales generalmente ya no estaban presentes. Entre mis compañeros había soplones. Alguna vez encontramos un celular que solo contenía apodos. Cuando lo marcamos dimos con que uno de nuestros compañeros era quien le avisaba a los ilegales. Así es como funciona hasta hoy y cada vez hay más descontrol”

Los guardabosques comparten testimonios que reflejan una dramática corrupción. Un escenario que opera dentro de una cadena de funcionarios de diversas entidades estatales de Perú en sintonía con grandes empresarios madereros en un sistema parecido a una mafia, a una organización criminal.

Varios de los guardias forestales que ahora protegen la selva de Las Piedras han sido taladores furtivos y conocen las tácticas. Saben que los ilegales usan a las comunidades indígenas como puente para entrar en las áreas protegidas.

En consecuencia, estas se dividen entre las que apoyan a la conservación y las que prefieren el dinero.

“Nuestro trabajo no solo se trata de proteger la selva de Las Piedras, sino de estar en contacto con las comunidades y ofrecerles alternativas, empoderar a las mujeres y educar a las nuevas generaciones”, dice Cáceres, mostrando orgullo de su labor de protector.

Según la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) ya van 14 defensores ambientales asesinados desde el inicio de la pandemia; el último, Juan Julio Fernández, asesinado de dos tiros en la cabeza el pasado marzo.

Según un reporte publicado por la organización de derechos ambientales Global Witness, el 2020 fue el año más peligroso registrado para personas que defienden sus hogares y sus ecosistemas, y casi el 30% de los ataques ocurridos están relacionados con la explotación de recursos, entre ellos la explotación forestal, la minería y la agroindustria a gran escala.

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